En el marco del Foro AFD “20 años impulsando el desarrollo”, el segundo panel “Impulsando Soluciones: Bancos de Desarrollo frente a los desafíos regionales” reunió a destacados referentes del sector, entre ellos Jorge Velarde Arnáez, Presidente de la Corporación Financiera de Desarrollo (COFIDE) del Perú, quien compartió la experiencia de su institución en el fortalecimiento y modernización de la banca de desarrollo.
Jorge Velarde, titular de COFIDE subrayó que los bancos de desarrollo público poseen ventajas únicas: presencia territorial, conocimiento profundo de las prioridades nacionales y capacidad de trabajar con una amplia red de instituciones financieras locales, algo que los organismos multilaterales no siempre pueden replicar.
“Estamos en un momento privilegiado, donde el sistema de desarrollo internacional reconoce que no hay desarrollo integral sin incluir a la banca de desarrollo pública”, afirmó.
Velarde relató la evolución de COFIDE, desde su rol inicial como financista de proyectos públicos hasta su actual liderazgo como principal emisor de bonos sostenibles del Perú, con ocho emisiones —incluyendo bonos verdes, azules y sociales— que financian iniciativas como agua y saneamiento básico a través de microcréditos, reduciendo tasas para los beneficiarios finales.
Por otra parte, durante su exposición Stella Guillén destacó que la AFD es un ejemplo de política de Estado con visión de largo plazo, capaz de trascender gobiernos y consolidar un rol estratégico en el financiamiento de sectores clave. Recordó que, hace dos décadas, Paraguay enfrentaba un mercado financiero con tasas elevadas, plazos cortos y limitadas oportunidades de inversión, contexto en el que nació la AFD para corregir fallos de mercado, canalizar recursos de fondeadores internacionales y ofrecer condiciones que hicieran posible la inversión productiva.
Durante el intercambio, quedó en evidencia que los Bancos Nacionales de Desarrollo son más necesarios que nunca, especialmente en contextos de alta volatilidad y crisis. Los panelistas coincidieron en que estas instituciones cumplen un rol contracíclico esencial: cuando otros cierran, ellos abren; cuando el crédito se retrae, lo expanden, contribuyendo a sostener la inversión y proteger el empleo.